El ministro Aranguren llegó a Telsen para imponer la minería custodiado por un imponente dispositivo de seguridad con 300 policías que acorrala a los manifestantes antimineros movilizados a la Meseta Central.
Juan José Aranguren adelantó su viaje y busca avanzar con la explotación minera en Chubut pero se topó con un fuerte rechazo social y político. Ayer marcharon cientos de antimineros en Esquel y muchos se desplazaron a Telsen para repudiar la presencia del ministro, los políticos y los sectores empresarios que impulsan la minería.
Desde la FM comunitaria Radio Sudaca denuncian que la policía esta reprimiendo a los antimineros y circulan versiones que habría dos heridos con balas de goma. Los efectivos policiales cercaron la iglesia de Telsen y habría sido golpeado el cura del lugar. También se denuncia la prohibición del acceso a los periodistas que intentan cubrir la cumbre que se desarrolla en el gimnasio de la localidad.
En diálogo con Radio Del Mar, Silvia De los Santos, integrante del colectivo “No a la mina”, denunció un episodio violento en la iglesia lindante al gimnasio de Telsen. “Infantería disparó balas de gomas y una le dio en la cara, cerca de un ojo, a una manifestante que quiso entrar a la iglesia a buscar sus pertenencias”, aseveró.
Los manifestantes tienen vedado el acceso a la cumbre minera con los intendentes de la Meseta Central y desde varios puntos de Chubut se están convocando movilizaciones para repudiar el avance prominero y los hechos que se están produciendo con la visita del ministro enviado por Mauricio Macri para imponer la minería.
El arribo del ex CEO de Shell responde a la avanzada prominera que el gobierno de Mauricio Macri viene impulsando desde su llegada a la Casa Rosada, que tomó especial impulso con el Acuerdo Federal Minero y se aceleró notablemente con el viaje del Presidente a Rusia y Davos.
La minería es uno de los tres focos productivos que son prioridad en la gestión macrista, junto a los recursos no convencionales de Vaca Muerta y la intensiva explotación sojera en los fértiles campos argentinos.
Rechazo social y obsesión macrista
El macrismo no está dispuesto a permitir que haya una provincia que impida la megaminería y por eso avanzó con acuerdos mineros por fuera de los funcionarios chubutenses y desoyendo la fuerte impronta de rechazo existente en buena parte de la población de Chubut que tiene su epicentro en el movimiento antiminero de Esquel.
Los grupos por el No a la Mina consiguieron una victoria histórica con el plebiscito de 2003 que impidió el avance de la minera Meridian Gold sobre la cordillera chubutense, y esa impronta se extendió a buena parte del país generando prohibiciones en7 provincias.
Tras las promesas de Macri al CEO de Pan American Silver, Ross Beaty, para abrirle las puertas en Chubut al Proyecto Navidad y el memorándum con las compañías rusas para extraer el uranio de Cerro Solo; Aranguren vendrá con el paquete cerrado y con moño, solo necesita profundizar la grieta por donde puedan filtrarse las empresas mineras.
La Patagonia no es tierra fértil para algunas de las políticas extractivistas, sino más bien una piedra en su zapato productivo y así lo experimentó cuando tuvo que digerir el amargo sabor del fracaso con su propuesta de instalación de una nueva central nuclear en Río Negro.
Habrá que ver si consigue doblegar al mayor movimiento antiminero de Latinoamérica y si 15 años después del triunfo que conmovió a la Cordillera el NO a la mina sigue manteniendo fortaleza y capacidad de lucha para neutralizar la embestida macrista en la Meseta chubutense; o si se filtra la zonificación de las multinacionales mineras.